viernes, 26 de octubre de 2007

Bodegón del Norte Marzan

C. Valencia, 207
Tel. 93 323 26 45




Andrés dice:
Parece que nos estamos especializando en restaurantes de la calle Valencia... Este es una taberna vasca, pero vasca, vasca. Podemos decantarnos por tomar unas cañas y unos pintxos en la barra (no tiréis los palillos de los pintxos al suelo, que nos conocemos...) o por atrevernos con la carta (si venimos con hambre). Eso sí, no hay medias tintas, si entráis a la carta os atiborraréis aunque pidáis sólo una ensalada, porque las raciones son abundantes. Es un lugar muy indicado para grupos, ya que disponen de un salón cerrado interior y una buena variedad de menúes de varios precios y calidades. Con el equipo de futbol (los famosos The Pacotilla), nos inclinamos por el Menú Sidrería, y terminamos más que satisfechos: varios pintxos de entrada, tortilla de bacalao, legumbres con centollo y medio chuletón para rematar, todo bañado con sidra, por supuesto. La carta ofrece una buena selección de los clásicos de la cocina vasca, con el bacalao y los pescados como protagonistas: bacalao al pil pil, pimientos del piquillo rellenos (de bacalao) y demás. La carne es para los valientes; el chuletón de ternera se ofrece en 3 versiones: 400gr, 600gr y UN KILO (para los de Bilbao, claro está). Te lo traen en un plato de cerámica caliente que evitará que se enfríe la carne, ya que nos llevará su tiempo. Yo, como no soy de Bilbao, Bilbao, me limité al de 600gr, y casi lo termino... Excelente calidad, la de la carne, por cierto. Para regarla, txacolí, sidra o un buen vino tinto vienen al pego.
Por último, hay que destacar el afable servicio de los camareros y camareras, que atienden con un estilo muy peculiar, familiar (y vasco, como no).
Mi puntuación: y ½

sábado, 6 de octubre de 2007

Viento del Plata

C. Valencia, 207
Tel. 93 451 41 49




Andrés dice:
Para mi gusto, uno de los restaurantes argentinos de más calidad de Barcelona. Es perfecto para llevar a alguno de esos porteños que afirman que en Barcelona no hay buenos restaurantes argentinos. La carne es importada (excepto el asado de tira, ya que no se puede importar carne con hueso) y se nota (en calidad y en precio, todo hay que decirlo). Los amantes del asado se sentirán como en casa con la selección de cortes. Recomiendo las opciones de asado para compartir, que llevan un poco de todo: mollejas, morcillas, chorizo, vacío... Un detalle para los fans de la carne: los atentos camareros no permitirán que nuestra parrillada se enfríe, ya que en el momento justo traen una piedra caliente que nos permitirá mantener caliente y cocinar a nuestro gusto sobre la misma mesa lo que quede por comer. El resto de la carta está en la misma línea: empanadas fritas, provoletas, ensaladas diversas y una buena oferta de pastas, todo con un acento genuinamente salteño. Los postres son estrictamente caseros, y abunda el dulce de leche. Además, tendréis a vuestra disposición una buena selección de vinos argentinos para descubrir, directamente traídos de bodegas mendocinas. El menú de mediodía no es de los más baratos (18 euros), pero la calidad y la cantidad de la oferta la hacen más que apetecible.
El servicio y la atención al cliente merecen una buena nota (cosa a destacar en esta ciudad...). El ambiente es muy agradable y tranquilo, la clientela es poco ruidosa. La decoración, sobria y con elegantes toques folklóricos que van del polo a los gauchos, también está a la altura del resto (para entendernos, encontraréis la inevitable foto del Diego de todos los restaurantes argentinos, pero en blanco en negro, mirando al horizonte y enmarcada en madera junto a varios paisajes del país). Lo único a criticar es que no dispongan de una zona de fumadores separada de la de no fumadores. A pesar de ello, vamos a menudo para recordar a qué sabe la carne de verdad cuando nos cansamos de las hamburguesas del Caprabo...
Mi puntuación: