jueves, 10 de mayo de 2007

La Polpa

C. Enric Granados, 69
Tel. 93 323 83 08




Andrés dice:
Seguimos aprovechando la excusa de la visita de nuestra amiga Núria para ponernos las botas, esta vez en uno de nuestros favoritos de todos los tiempos: La Polpa. Es de nuestros favoritos por varios motivos. El primero es que se encuentra en la fabulosa calle Enric Granados (en algunos círculos conocida como la "calle Lucila"), corazón del Eixample y marco incomparable para paseos interminables y deliciosas horas muertas. Después está la estética: blanco inmaculado, techos altos, suelo y armarios de madera, totalmente impecable. Dentro de la estética incluyo a los camareros (vestidos de riguroso uniforme negro); es más, siempre tengo la sensación que, más que por sus habilidades para servir, los eligen por cómo les queda el uniforme, logrando que en ocasiones uno se sienta dentro de un anuncio de Benetton, ya que todos tienen un componente multiétnico. Eso sí, hay días que el servicio resulta lo más flojo, algunos camareros/as no rebosan simpatía y no son especialmente hábiles. Pero todo ello lo justifica más que sobradamente el tercer punto: la comida.
Simplemente, la carta me encanta, me cuesta horrores elegir porque lo probaría todo: gran variedad de ensaladas, carnes y pescados, en una sutil fusión de productos básicos de la cocina mediterránea (de Italia al Magreb, pasando por Francia y Grecia) con toques orientales. Un estilo inconfundible. Esta vez me decanté por las Tres Ensaladas de Quesos Frescos (cómo puñetas harán esa salsa...) y por los maravillosos ravioles de carpaccio de ternera rellenos de foie (slurp...). Eso sí, la ensalada mediterránea de Lucila me dio envidia (humus, pan de feta y otras delicias), y me quedé con las ganas de volver a probar el buey con parmesano. Los postres siempre han sido una de la especialidad de la casa; para mi desgracia, pude apreciar que han retirado de la carta los reputados "Ísimos" (eran una combinación riquísima de 3 chocolates distintos), pero cualquiera del resto de postres basta para hacernos la boca agua, desde el brownie con helado de vanilla al Chocolatísimo (imaginad qué lleva).
Si le sumamos que la relación calidad/precio es más que aceptable, entenderéis por qué está de los primeros en nuestro tarjetero. Además, si sois fumadores os alegrará saber que han habilitado una selecta zona vidriada en la parte alta del restaurante donde podréis crearos vuestro propio microclima... En definitiva, de nuevo una cena redonda. Apuesta segura.
Mi puntuación:

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