domingo, 20 de enero de 2008

Nagomi

C. Muntaner, 231
Tel. 93 241 9546




Andrés dice:
Restaurantes japoneses en Barcelona, hay muchos. Buenos y auténticos, pocos. Chinos reconvertidos, muchísimos. De diseño coolchipiguay, unos cuantos. Para mi gusto, Nagomi entra en esta última categoría. De entrada, lo que más descaca es, sin duda, su emplazamiento: piso principal reformado en un edificio modernista de gran categoría, con gran ventanal hacia la calle. Todo está muy bien puesto, no hay duda, con estilo zen muy moderno. La sala que da a la calle, además de mesas, dispone de una barra estilo taberna japonesa. También tienen otro comedor interior, más recogido (y ruidoso, diría).
Una vez más, me disgusta el hecho que pongan directamente cubiertos en la mesa, aunque por supuesto te traen palillos si los pides. Es una costumbre que me molesta especialmente cuando voy a un restaurante asiático, y más si le supongo un cierto nivel. Me extrañó, tratándose de un restaurante del mismo grupo que el famoso Yamadori... Pasando a lo estrictamente culinario, la oferta era variada, dentro del clásico abanico al que estamos acostumbrados: tempuras varios, fideos, pinchitos de toro (ventresca de atún), poca oferta de carne... y por supuesto, el sushi.
Desde mi punto de vista, un detalle que determina de entrada si el sushi es bueno o no es la propia carta. En este caso, la oferta de sashimi (pescado crudo a palo seco) se limitaba a "3 tipos de pescado" o "5 tipos". Los buenos restaurantes te permiten elegir el tipo de sashimi con algo más de precisión... Además, no nos trajeron arroz blanco para acompañar el sashimi. Aparte de eso, comimos unos california maki bastante decentes, pero no excelentes. Otro detalle más: abusan de la mayonesa. Para mí, es una forma de occidentalizar el sushi muy poco sutil. Y un ultimísimo detalle: te traen directamente la salsa de soja en el platito. ¡Mal! Además de sospechoso, me parece poco espléndido para un restaurante de categoría no dejar el recipiente con la soja para servirse a gusto de cada uno. Finalmente, los postres se limitaban a un pastel de chocolate (¿que hay menos japonés que eso?) y una variedad de helados caseros de varios sabores, entre ellos helado de judías (¡bien!). Nos abstuvimos...
No es que sea un mal restaurante, ni mucho menos, pero la comida no está a la altura del envoltorio.
Mi puntuación:

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que les pasa jóvenes, se han vuelto inapetentes.

Saludos desde BUE